Muchos se acordarán del formidable balonmanista, Iosu Olalla Iraeta (Irún Guipúzcoa), otros tendrán que hacer un profundo ejercicio de reflexión. Sin embargo, con solo conocer que participó en tres ciclos olímpicos con dos bronces (Atlanta 1996 y Sídney 2000), defendiendo los intereses de la selección española alguno comienza a hacerse una idea de la trayectoria de este deportista, que cambió el parqué por las aguas de una piscina.
Durante el Campeonato de España ‘Open’ Master de Verano, celebrado en las instalaciones del Club Natación Metropole, los seguidores de la natación pudieron ver que el atleta del Race compitió en cuatro pruebas: 50, 100 y 200 Libres y 50 Espalda. Para él este deporte, en el que se inició a los 32 años después de colgar las botas en el Club Balonmano Cantabria, es “muy exigente”, apuntó para añadir que “requiere de un entrenamiento diario, porque el que nada sabe de la dificultad y el esfuerzo que se necesita para poder rascar décimas o centésimas”.
El exjugador de balonmano, que militó durante tres temporadas en las filas del FC Barcelona, entre otros grandes combinados, incidió en que el “80 o el 90 por ciento de este deporte se cimenta en la buena preparación física y por supuesto en la técnica”. Palabras que elevan la belleza del deporte, de un atleta que lleva toda una vida lidiando con la presión. “El balonmano te exige, pero no es lo mismo”, apostilló para recordar que “de toda mi experiencia, en la que tuve la fortuna de competir en la élite, lo más grande fue competir a nivel nacional desde los 14 hasta los 32”.
Precisamente, esas fervientes ganas de alargar su currículo deportivo le hicieron decantarse por la natación. “Quería seguir compitiendo en algo” y “la natación me permitía entrenar todos los días y competir en un deporte que siempre me ha gustado”, se sinceró el nadador vasco. Además, durante este proceso de reconversión el deportista que tiene una gran planta -1,96 centímetros de altura- tuvo que adaptarse. “Empecé en Cuatro Caminos y los jóvenes me ayudaron a corregir y perfeccionar la técnica”, alabando la predisposición de los nadadores absolutos.
Una predisposición que encontró durante su etapa como balonmanista donde coincidió con grandes jugadores como José Javier Hombrados, Demetrio Lozano, Iñaki Urdangarin, Talant Dujshebaev, Enric Masip, David Barrufet, entre otros. “Conseguimos las primeras medallas en Atlanta 96 con el primer bronce y repetimos en Sídney con un nicho que venían de los Mundiales Júnior”, aseguró recordando con una sonrisa aquellos éxitos. A partir de allí ese germen, liderado por todos los jugadores espoleó a la cantera del país, que años más tarde vivió los mejores momentos con grancanarios como Daniel Sarmiento. En esas también destacó sus viajes hacia la Isla para competir contra el Gáldar. “Hay mucha tradición de balonmano aquí en Gran Canaria”, subrayó para apuntar que “veníamos a competir contra un histórico como el Club Balonmano Gáldar”.
Precisamente, el olímpico que coincidió en Sídney 2000 con un ilustre nadador del Club, Jorge Ulibarri -compitió en los 4×100 Libres- recuerda la gran delegación que había. “Unos 200 atletas, donde a veces coincidimos por los distintos horarios que cada modalidad tenía”. Ahora, su vida ha cambiado, es un padre de familia, con seis hijos y dedicado a la natación. Por eso mismo se le vio compitiendo en el Metropole a lo largo de los cuatro días que duró el Campeonato de España ‘Open’ Master de Verano. “Este es mi segundo año compitiendo en estas grandes instalaciones”, recordó el deportista para seguir con “estuve en el Campeonato de España 2016 y lo disfruté muchísima y esta vez no ha sido una excepción”.
Asimismo, debido a su gran experiencia viajando a la Isla aplaudió la organización llevada a cabo por la entidad capitalina de la natación. “Se ha vivido un ambiente magnífico”, recalcó en varias ocasiones, destacando el gran nivel organizativo del Club. “El Metropole organiza siempre todo de diez”, puntualizó para razonar su franqueza con “el nivel de atención, el voluntariado siempre fomentando el compañerismo y predispuestos”.
La natación promueve la interacción y las relaciones con las que se conforman grandes amistades que van más allá del deporte. Por ello, el balonmanista olímpico en dos ocasiones valora la gran baza que tienen las actividades deportivas a cualquier nivel: el colectivo, la práctica y la convivencia con los compañeros.